Don Fernández Cancio, pionero en la exploración y colonización, junto a otros en la provincia de Formosa, con el transcurrir de los años, se convierte en un compendio de vivencias que permite el mejor conocimiento sobre Clorinda y sus comienzos a principios del siglo XX.
A la edad de 80 años, Fernández Cancio comenzó a escribir sus memorias, trabajo que lo llevó dos años en la década del cuarenta.
Según las afirmaciones de su nieta Elba Sanz, quien tomaba nota de lo dictado por su abuelo, el trabajo se desarrolló en la que otrora fuera residencia de la familia, en la calle San Martín e Italia, de la cual queda restan partes de la construcción inicial.
Lo noble es que a pesar de haber sido corregido el escrito realizado por Fernández Cancio- por el Dr. Mendoza-, reconocido profesional de la época, pese a intentos, no fueron hasta ahora publicados. Salvo algunas excepciones como parte transcripta en este documento.
CACIQUE BLANCO
Reconocido como tal por los pobladores que habitaban este suelo a su llegada de España, país en el cual nació, un 4 de febrero de 1871, hijo de Ángel Fernández y Urbana Cancio, en una localidad de Asturias llamada Taramundi, se ganó el aprecio y el respeto de la comunidad toba que habitaba la región.
COLONIZADOR
El ríspido medio ambiente que caracterizaba a este inhóspito suelo, lo obligó a convertirse a la edad de 20 años, en 1892, en colonizador y cuyas experiencias como tal, plasmó en sus escritos que hablan de exploración, colonización, modo de vida de los naturales de la región.
GUIDO BOGGIANI
De su experiencia como colonizador, fue uno de los hechos más resaltantes, la localización y rescate de los restos del explorador y pintor italiano Guido Boggiani, que le valió el reconocimiento del gobierno de Italia, hecho patente en una “Condecoración Estrella de Solidaridad Italiana “(post mortem). Por su reconocimiento del terreno recibió la medalla de la Sociedad Geográfica de Italia.
Según su propia narración, se internó en el Gran Chaco, solo en compañía de algunos y naturales del lugar, sin tener siquiera la menor idea de donde se irían a encontrar los restos del infortunado Boggiani, pero gracias al conocimiento de la lengua y las costumbres, logro sonsacar de algunos indígenas información al respecto.
Guiado por algunos de ello, siguió una larga picada en el intrincada monte, hasta llegar al lugar donde estaban sepultados los restos de quien en vida fuera Boggiani, violentamente ultimado por los indígenas.
Siempre según sus relatos, por el corte de las ramas y arbustos, que detonaban la acción de un “zurdo”, se pudo localizar al autor del hecho, que apremiado por el descubrimiento, confesó su autoría.
SU ACTIVIDAD EN CLORINDA
Razones lógicas de supervivencias, hicieron que usufructuara las concesiones cedidas por el gobierno de aquel entonces, dedicándose de lleno a actividades que se desarrollaron en el campo de la agricultura y la ganadería. Siempre amparado en la ley de colonización e inmigración.
Además comercializaba con los naturales pieles silvestre, plumas y otros enseres, lo que lo llevó a ganarse la confianza de todos ellos.
Con una Clorinda ya más desarrollada y mayor cantidad de lotes, adquirió varios inmuebles, los cuales rentaba para así obtener entradas a su peculio. Una de las últimas actividades que se le reconoce es la de haber incursionado en la hotelería, ya que su “Hotel Hispano Argentino “, construido en 1939, alcanzó preponderancia durante varias décadas en nuestra ciudad y cuyo edificio, aún en nuestro días se encuentra enclavado en las calle San Martín e Italia, ocupado por varios locales comerciales, actualmente.
A su muerte, acaecida en Clorinda el 26 de setiembre de 1959,recibió un homenaje de la comunidad toba, de quien fue preclaro preceptor los cuales le ofrecieron su rito póstumo, vestidos con sus atuendos típicos.
Tal esta breve reseña de quien sin lugar a dudas fue uno de los factores preponderante en la colonización, exploración y asentamiento de la ciudad de Clorinda.
Don Fernández Cancio, pionero en la exploración y colonización, junto a otros en la provincia de Formosa, con el transcurrir de los años, se convierte en un compendio de vivencias que permite el mejor conocimiento sobre Clorinda y sus comienzos a principios del siglo XX.
A la edad de 80 años, Fernández Cancio comenzó a escribir sus memorias, trabajo que lo llevó dos años en la década del cuarenta.
Según las afirmaciones de su nieta Elba Sanz, quien tomaba nota de lo dictado por su abuelo, el trabajo se desarrolló en la que otrora fuera residencia de la familia, en la calle San Martín e Italia, de la cual queda restan partes de la construcción inicial.
Lo noble es que a pesar de haber sido corregido el escrito realizado por Fernández Cancio- por el Dr. Mendoza-, reconocido profesional de la época, pese a intentos, no fueron hasta ahora publicados. Salvo algunas excepciones como parte transcripta en este documento.
CACIQUE BLANCO
Reconocido como tal por los pobladores que habitaban este suelo a su llegada de España, país en el cual nació, un 4 de febrero de 1871, hijo de Ángel Fernández y Urbana Cancio, en una localidad de Asturias llamada Taramundi, se ganó el aprecio y el respeto de la comunidad toba que habitaba la región.
COLONIZADOR
El ríspido medio ambiente que caracterizaba a este inhóspito suelo, lo obligó a convertirse a la edad de 20 años, en 1892, en colonizador y cuyas experiencias como tal, plasmó en sus escritos que hablan de exploración, colonización, modo de vida de los naturales de la región.
GUIDO BOGGIANI
De su experiencia como colonizador, fue uno de los hechos más resaltantes, la localización y rescate de los restos del explorador y pintor italiano Guido Boggiani, que le valió el reconocimiento del gobierno de Italia, hecho patente en una “Condecoración Estrella de Solidaridad Italiana “(post mortem). Por su reconocimiento del terreno recibió la medalla de la Sociedad Geográfica de Italia.
Según su propia narración, se internó en el Gran Chaco, solo en compañía de algunos y naturales del lugar, sin tener siquiera la menor idea de donde se irían a encontrar los restos del infortunado Boggiani, pero gracias al conocimiento de la lengua y las costumbres, logro sonsacar de algunos indígenas información al respecto.
Guiado por algunos de ello, siguió una larga picada en el intrincada monte, hasta llegar al lugar donde estaban sepultados los restos de quien en vida fuera Boggiani, violentamente ultimado por los indígenas.
Siempre según sus relatos, por el corte de las ramas y arbustos, que detonaban la acción de un “zurdo”, se pudo localizar al autor del hecho, que apremiado por el descubrimiento, confesó su autoría.
SU ACTIVIDAD EN CLORINDA
Razones lógicas de supervivencias, hicieron que usufructuara las concesiones cedidas por el gobierno de aquel entonces, dedicándose de lleno a actividades que se desarrollaron en el campo de la agricultura y la ganadería. Siempre amparado en la ley de colonización e inmigración.
Además comercializaba con los naturales pieles silvestre, plumas y otros enseres, lo que lo llevó a ganarse la confianza de todos ellos.
Con una Clorinda ya más desarrollada y mayor cantidad de lotes, adquirió varios inmuebles, los cuales rentaba para así obtener entradas a su peculio. Una de las últimas actividades que se le reconoce es la de haber incursionado en la hotelería, ya que su “Hotel Hispano Argentino “, construido en 1939, alcanzó preponderancia durante varias décadas en nuestra ciudad y cuyo edificio, aún en nuestro días se encuentra enclavado en las calle San Martín e Italia, ocupado por varios locales comerciales, actualmente.
A su muerte, acaecida en Clorinda el 26 de setiembre de 1959,recibió un homenaje de la comunidad toba, de quien fue preclaro preceptor los cuales le ofrecieron su rito póstumo, vestidos con sus atuendos típicos.
Tal esta breve reseña de quien sin lugar a dudas fue uno de los factores preponderante en la colonización, exploración y asentamiento de la ciudad de Clorinda.
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