Denuncia por violencia de género y acoso laboral: Empleados del juzgado de Clorinda se solidarizan con la Dra. Jazmín Cabral

En una nota remita por empleados de diversas categorías, escalafones y antigüedad del juzgado de ClorindA, dirigida a secretaria general del gremio judicial Formosa, Basilisa Benítez, expresando su solidaridad para la Dra. Jazmín Cabral, y ademas sentando postura sobre la actitud del Juez Dr.Fernando Antonio Unzaìn, documento a la que pudo acceder Crónicas de Clorinda. La nota dice cuanto sigue : “en nuestro carácter de empleados de diversas categorías, escalafones y antigüedad del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial y del Trabajo de la Segunda Circunscripción Judicial, con asiento en la ciudad de Clorinda, a efectos de manifestar en principio nuestra solidaridad para con la Secretaria de este Juzgado Dra. Jazmín de los Ángeles Cabral, quien el día miércoles 5 del cte. mes tuvo un altercado de características violentas –desde lo verbal- con el Sr. Juez a cargo de este Juzgado Dr. Fernando Antonio Unzaín, quien nuevamente tuvo un exabrupto de esa naturaleza con la mencionada Secretaria, una suerte de corolario de una seguidilla de altercados y cruces verbales entre ambos desde que el Dr. Unzain se hiciera cargo en el mes de Diciembre del año pasado y que derivara el día jueves 6 en la denuncia radicada por la funcionaria afectada, por violencia de género, acoso laboral y/o mobbing ante el Superior Tribunal de Justicia” “ Y, en segundo lugar, queremos sentar postura en torno a esta problemática: Pues bien, las expectativas despertadas en todo el plantel de nuestro juzgado por esta nueva etapa ha sido grande porque veníamos de un periodo de aproximadamente diecisiete años –los más antiguos- trabajando de manera armoniosa, bajo la jefatura de la Dra. María Teresa Pérez, hoy jubilada, y unos quince años con la Dra. Jazmín de los Ángeles Cabral, quien antes de asumir como Secretaria fue una más de nosotros, desempeñándose en oficialía hasta su designación. El plantel obviamente se renueva con la incorporación de nuevos empleados, pero en general el devenir de nuestra actividad laboral tuvo esa impronta, caracterizada por el buen trato, respeto, diálogo, cooperación y superación de los problemas sobre esa base civilizada, con la orientación de las cabezas del juzgado como lo eran las Dras. Pérez y Cabral –Juez y Secretaria, respectivamente-, sin nunca centrarse ese vínculo en el autoritarismo, sino en la autoridad que emana de la educación, capacidad y solvencia y manejo del personal en el marco del respeto y la consideración. Que han existido roces, discusiones y discrepancias no lo vamos a negar, pero nunca en ese periodo mencionado un trabajador fue sumariado y/o sancionado. Hemos superado momentos de mucha tensión y sufrido despojos en nuestros derechos por circunstancias derivadas de medidas económicas gravosas para los trabajadores, en crisis profunda, pero todo, absolutamente todo, lo asumimos con la comprensión y hasta acompañamiento por parte de los responsables del juzgado cuando hubo que tomar medidas de acción desde el plano gremial en la defensa de esos derechos ultrajados.” Más adelante continua diciendo que “Sin pretender caer en el autoelogio, pero que puede verificarse de diversas maneras, tanto por el S.T.J., por los profesionales y hasta por los justiciables, nuestro juzgado mucho tiempo ha sido considerado sino el mejor, uno de los mejores juzgados civiles de la provincia. Es en este contexto que se incorpora el Dr. Fernando Antonio Unzain luego de su designación por la Honorable Legislatura de la Provincia, como último paso del proceso de selección llevado a cabo por el Consejo de la Magistratura. Y lo hace –lamentablemente- con un bagaje de prejuicios respecto del personal, de la Secretaria, del Jefe de Despacho y hasta de la juez anterior, apelando a un manejo que siempre se ha caracterizado por el destrato, la descalificación permanente de los empleados, de la Secretaria, poniendo en tela de juicio su capacidad; abriendo juicios de valor sobre el desempeño como magistrada -que para nosotros ha sido impecable- de la Dra. Pérez, atacándonos desde diversos ángulos y siendo observadores sorprendidos de varios episodios de enfrentamientos con abogados y/o justiciables. Inclusive ha circulado una grabación de una audiencia donde el magistrado asume una conducta descortés y falta de respeto a las partes y hasta en tono violento” “ El ambiente laboral a partir de entonces se volvió inusitadamente denso, con el temor llenándolo y hasta generando cierta tensión entre los propios compañeros de trabajo, adicionado una carga más a la ya pesada tarea de sostener un ritmo de trabajo en un juzgado multifuero: Civil, Comercial, Laboral y de Violencia Intrafamiliar –OVI-, con miles de expedientes en trámite, con la litigiosidad en aumento año tras año. Con agentes que han venido evolucionando desde la máquina de escribir, pasando por el manejo de computadoras y últimamente la incorporación de programas de informatización en red que siempre implicó la capacitación de los recursos humanos, lo que hizo que nunca, aun en los tiempos más complejos, haya colapsado. Hoy nos desenvolvemos con escaso personal para tamaña actividad, con una Secretaría para varios fueros, las áreas de oficialía: control de cedulas y oficios y preparación de las listas de despacho; jefatura de despacho, mesa de entradas, una relatora titular y dos relatores de facto, tornan imperiosa la incorporación de agentes para subsanar estos inconvenientes y aliviar la carga estresante que sufre el personal” “ Cada uno de nosotros, en mayor o menor medida ha sufrido el destrato que mencionamos por parte del magistrado Dr. Unzain, desde los intentos individuales de aliento para que unos denuncien a otros entre compañeros de trabajo, que se le informe todo lo que pasa en el juzgado y hasta en la ciudad, requiriendo información sobre abogados, justiciables, compañeros de trabajo, etc.. En algunos casos, con la asignación de tareas totalmente ajenas a nuestras funciones, como la de controlar el ingreso y egreso de las llamadas telefónicas de y para el personal y sobre todo de abogados y fundamentalmente de y para la Secretaria y el Jefe de Despacho, recayendo la tarea en un compañero de trabajo, quien debe llevar un cuaderno con las anotaciones del caso: ingreso-egreso de las llamadas, nombres emisor-receptor y un informe diario con presentación ante el juez del peculiar cuaderno de control. “ Además, la prohibición del Juez de recibir a los profesionales por parte del Jefe de Despacho, una cuestión que jamás ocasiono ningún inconveniente ni motivó denuncia alguna de ningún sector, al contrario, era vista positivamente porque coadyuvaba a evitar el dispendio jurisdiccional cuando los profesionales tenían alguna duda de carácter procesal, de mero procedimiento, sin caer en el asesoramiento, sino en la agilización del trámite y despachos. La suspicacia pudo más y se impuso esa orden terminante. Actualmente solo el juez recibe a los abogados, previa autorización y solicitud planteada por mesa de entradas. Esto obviamente, le quita tiempo al magistrado en el desempeño de su labor específica: impartir justicia. En casos normales y similares estas cuestiones son delegadas, resultando totalmente oneroso que el juez concentre todas las actividades del juzgado en su persona, por desconfianza o la razón que fuere. Las condiciones de trabajo resultan de suma importancia en el equilibrio psicofísico de los trabajadores. Nunca el rendimiento, y está comprobado científicamente, es óptimo en un ambiente cruzado por el maltrato, el acoso laboral, presiones, amenazas, una constante tensión y hasta tener que soportar que el juez sostenga cual Emperador Romano que él “sube o baja el pulgar sea quien sea el destinatario de dicha particular sentencia”. Algunas pretendidas calificaciones asumidas por el Dr. Unzain a contramano del RIAJ ha merecido la respuesta de los afectados, apelación mediante, y dándoseles la razón ante ese intento de bajar la calificación del personal que venía desempeñándose de manera destacada en todo el tiempo considerado y que, por la fecha en que el magistrado se incorpora al juzgado, no era de su competencia calificar a los empleados por un periodo en el que no estuvo cumpliendo funciones” Por ultimo expresan que “Párrafo aparte merece la situación que atraviesan las compañeras de la Oficina de Violencia Intrafamiliar –OVI- quienes han sufrido en los últimos meses una inmensa presión y carga laboral verdaderamente alarmante y deshumanizante, por el mismo procedimiento arbitrario y autoritario del Dr. Unzain. Llego un tiempo en que las compañeras trabajaban ¡diez horas por día¡, en pleno siglo XXI!. Y esa situación se volvió candente cuando esas trabajadoras, en todo su derecho, comenzaron a quejarse y a plantear esa situación ante el juez, quien hizo caso omiso y solo se remitió a que debían atenerse a una futura reglamentación de la oficina de violencia familiar, que hasta que eso no se concrete no se modificaría nada. Consecuentemente tuvo que intervenir la Asociación Judicial, el gremio de los trabajadores judiciales, para intentar encauzar el tema. Fue así que en principio intentó corregirse el horario y hasta se aprobó la reglamentación, pero sin notarse en definitiva en la carga horaria –nuevamente- que debe soportar el personal. Y, por otra parte, la constante amenaza de sanción, la implementación de “informaciones sumarias” sobre el personal, con un procedimiento administrativo “sui generis” para deslindar responsabilidades entre aquellos agentes que sean pasibles de sanciones disciplinarias. Esta situación, obviamente, genera una suerte de psicosis entre las compañeras/os porque es como una espada de Damocles que pende sobre sus cabezas y, sobre todo en algunos casos, por su condición de contratadas, sabiendo que una calificación de “regular” implica la no renovación de sus contratos. Son situaciones verdaderamente graves, que seguramente en su momento las afectadas en la instancia que corresponda sabrán exponer en detalle. Por último, el gremio judicial para el Dr. Unzain es una mala palabra, habiendo amenazado a compañeras/os de trabajo que si recurrían a la Asociación Judicial, habría represalias por esa determinación de los trabajadores. Para culminar, es dable destacar que al proceso de selección encarado por el Consejo de la Magistratura, sin perjuicio de la etapa concursal específica, para la designación de magistrados en los diferentes fueros y/o instancias, debería adicionarse la acreditación de la realización de cursos y/o manejo de recursos humanos con carácter excluyente, puesto que al rigor del ritmo de trabajo que los juzgados actualmente soportan brindando una respuesta de excelencia a los justiciables, a pesar de las carencias presupuestarias, resulta de extrema injusticia someternos a una suerte de experimento como agentes del Poder Judicial, por parte de cualquier magistrado que pretenda incursionar en principios perimidos en la dirección de personal o asumir conductas arbitrarias y/o autoritarias también sepultadas por la historia. Solicitamos en definitiva la intervención de nuestro sindicato en este tema grave, ante las autoridades del Excmo. Superior Tribunal de Justicia, de manera que tomen cartas en el asunto y deslinden las responsabilidades y tomen las decisiones que hay que tomar con firmeza y determinación, porque si hay algo que debe quedar claro a esta altura de los acontecimientos es que, como trabajadores judiciales, no debemos permitir que nos sometan a ninguna humillación, destrato o abuso de autoridad.

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